CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS DEL APAGÓN
- Beatriz Agüera Navarro
- 6 may
- 4 Min. de lectura
El 28 de abril de 2025 marcó otro hito en la historia de España con un apagón nacional. En una era en la que nuestra dependencia de la tecnología y de un suministro eléctrico constante es casi total, un evento imprevisto como este trasciende el mero inconveniente práctico. La interrupción repentina de la electricidad activa de inmediato en nuestro cerebro una respuesta de alerta, evidenciando el profundo impacto de la situación. En este artículo te voya a explicar las consecuencias psicológicas del apagón.

Impacto en personas con ansiedad
Para quienes ya padecen ansiedad, el apagón puede transformar una rutina diaria en una situación catastrófica. La incertidumbre y la falta abrupta de estímulos familiares generan un sentimiento de pérdida de control, lo que intensifica la respuesta ansiosa. En algunos casos, incluso se pueden experimentar ataques de pánico o crisis de ansiedad, donde cada pequeño detalle del entorno se interpreta como una señal de peligro inminente. Esta reacción exagerada, lejos de ser aislada, se retroalimenta, ya que el miedo a lo desconocido alimenta nuevas preocupaciones y pensamientos catastróficos.
Quienes sufren hipocondría, la incertidumbre y la escasez de información durante el apagón desataron preocupaciones excesivas en torno a la salud.
Para las personas con claustrofobia, el apagón pudo traducirse en una experiencia de confinamiento extrema. La oscuridad total en espacios reducidos, como ascensores o habitaciones sin iluminación, activa sensaciones de opresión y atrapamiento que pueden inducir ataques de pánico intensos.
Las personas que experimentan agorafobia la experiencia del apagón puede haber reforzado el miedo a los espacios públicos y a la exposición al exterior, ya que la oscuridad extrema y la confusión en el entorno aumentan la sensación de inseguridad. Los espacios que anteriormente parecían manejables pueden volverse escenarios amenazantes, dificultando incluso la idea de salir de casa.
Aquellos con ansiedad generalizada experimentaron un aumento en la preocupación constante ante la inseguridad del momento. Los mensajes de la radio sobre un posible ciberataque teniendo en cuenta que los telediarios días antes daban la información de la importancia de tener un kit de supervivencia, aumentaron el riesgo de pensamientos intrusivos anticipatorios y catastróficos.
Las personas con trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) pueden verse especialmente afectadas en situaciones de alta tensión o cambios abruptos en su entorno, ya que estas circunstancias tienden a intensificar tanto las obsesiones como las compulsiones. Las consecuencias fueron mayor número de pensamientos intrusivos, mayo reforzamiento de compulsiones con el fin de mitigar el malestar generado, alteración en el sueño, y aumento de emociones como la frustración y vulnerabilidad.

Impacto en personas con desórdenes alimentarios
Aunque a primera vista podría parecer que el apagón y los trastornos alimentarios no están directamente relacionados, la realidad es que el estrés emocional provocado por estos eventos puede alterar significativamente los patrones de comportamiento alimentario. La desorganización en la rutina y la sensación de vulnerabilidad que se generan durante un apagón pueden provocar lo siguiente:
Aumento del control a través de la alimentación: Algunas personas pueden recurrir al consumo excesivo de alimentos (atracones) como mecanismo para contrarrestar la ansiedad o para “llenar” el vacío emocional que provoca la sensación de descontrol.
Restricción alimentaria: Por otro lado, otros individuos pueden intentar recuperar una sensación de orden y control reprimiendo su ingesta, lo que agrava conductas restrictivas propias de ciertos trastornos alimentarios.
Ritmos alterados: La interrupción de las pautas diarias, como horarios de comidas y actividades, puede llegar a desencadenar o intensificar episodios de ingesta inadecuada o caídas en el apetito, dificultando el manejo de la salud nutricional y emocional.

Repercusión en las personas que padecen depresión
La pérdida de estímulos externos y la incertidumbre del entorno pueden profundizar una visión pesimista de la realidad, reactivando patrones de pensamiento autocrítico y negativos.
Además, la ausencia de actividades cotidianas puede llevar a una disminución en la energía y motivación, exacerbando la apatía y la fatiga emocional. Para quienes dependen de la interacción, ya sea en persona o a través de dispositivos digitales, el apagón se traduce en un aislamiento que dificulta el acceso a redes de apoyo esenciales para mitigar los síntomas depresivos.
Secuelas que podemos percibir a lo largo del tiempo tras el apagón
Una semana después del apagón, las secuelas psicológicas siguen marcando la vida de muchas personas. Entre esas secuelas nos encontramos:
Pensamientos intrusivos con tendencia a las distorsiones cognitivas catastróficas.
Dificultad para conciliar el sueño o pesadillas.
Conductas de comprobación y de hiperalerta ante un "ataque inminente".
Aumento de emociones como la inseguridad, preocupación, confusión o desamparo.
Debido al aislamiento durante ese día (recuerda que hay personas que llegaron a estar hasta 24 horas sin luz ni cobertura) pudo producir un aumento en sentimientos de soledad que pudo conectar con sus heridas emocionales.
Qué podemos hacer
Esperemos que no vuelva a suceder pero en mi cuenta de instagram dejé un kit de supervivencia psicológica por si ocurre una situación similar. A parte, es importante que puedas hablar con tu psicóloga sobre lo que te ocurre, no pasa nada por no vivir el apagón como una experiencia "bonita" como nos ha enseñado las redes sociales y es normal que la incertidumbre te haga sentir en un estado de nerviosismo.
Es que ha sido muy fuerte!!!
Yo no sabía que hacer, me costaba concentrarme en alguna tarea, no sabía si ir a por mi hijo antes al cole, fui al super y me puse más nerviosa... me ha ayudado a leer que no era tan rara
Que interesante